Jaime Antonio COLSON
1901–1975, Dominican Republic
Jaime Colson, es uno de los pintores cuyo nombre ha llegado con mayor o menor frecuencia al oído del coleccionista cubano, por su estrecha vinculación con nuestro grande Mario Carreño. Solo apenas hace unos años, se subastó en una de las más prestigiosas casas de New York, una obra, en la cual ambos artistas habían intervenido, me refiero a la obra titulada: La Lavandera.
En el año 1938, Jaime Colson, visitó Cuba y se relacionó con el ambiente cultural cubano En materia de pintura contemporánea, la vanguardia aún se encontraba en un estado embrionario tratando de definir su ruptura con la academia y de introducir los elementos y valores que a modo de influencias fueran marcando, posteriormente, estas diferencias y definiéndose cada vez más el estilo definitivo que sus propuestas pictóricas habrían de conseguir.
Bajo estas circunstancias se realiza en el Lyceum de La Habana, la exposición del pintor dominicano Jaime Colson. Algunas conclusiones son posibles al revisar los artículos que a modo de noticias, fueron apareciendo en la revista Carteles. La que más llamo mi atención, se deriva de la observación de los tratamientos, temas etc., que en ella aparecen y su similitud, con la obra de ese mismo año del pintor Mariano Rodríguez; en ambos, el autorretrato y el retrato son temas de urgencia.
La figura humana adopta un papel protagónico y prepara todo un discurso teórico bien distinto de los propuestos por la academia; ya no solo la belleza carece de sentido ni el perfeccionismo meloso corrompe la actitud, ambos artistas, como es bien sabido, se inclinan por modelos más humanos.
Desde el punto de vista de sus imperfecciones, hombres o mujeres de pueblo, campesinos y obreros, son quienes ocupan el sitio de las agraciadas señoritas de sociedad. Pero bien, el análisis a que quiero invitar no se relaciona con este aspecto archiconocido; me interesa llamar la atención sobre las semejanzas en las obras de ambos artistas, expuesta una y realizada la otra ese mismo año en Cuba, de manera que cada cual, según su opinión personal, arribe a conclusiones propias.
Debo aclarar que no deseo negar la influencia del pintor mexicano, Lozano, en la obra del pintor cubano, ni negar las evidentes coincidencias entre ambos artistas latinoamericanos; y desde luego, de ambos con la obra de quien más ha influido en la pintura contemporánea: Pablo Picasso.